Almería es mi casa. Una casa compartida con mucha gente, pero también mía. Las personas que vivimos en Almería tenemos un lugar luminoso, cálido, con jardines insuficientes, sí, pero algunos de lujo, como el Parque Nicolás Salmerón. Tenemos acceso directo al mar y la historia nos abraza con monumentos, rincones y plazas para enamorarse.
Pero todas esa maravillosa mansión se ve sucia, da mucha pena pasear por las calles llenas de historia y verse rodeada de una suciedad constante y mugre aneja.
Quiero mi casa limpia, cuidada, que se note el amor que sentimos por ella. Una casa limpia puede ser. humilde pero sigue siendo amable, acogedora, bella.
Quiero que esté limpio el centro porque lo visita mucha gente, pero sobre todo quiero que estén limpios los barrios más pobres que será señal de que también nos importan, tal vez nos cueste más, pero siempre estará bien invertido.
La alcaldía para Almería que yo quiero limpiará igual o más en los barrios más humildes para que cuando el sol ilumine sepan que importan tanto como el resto. Pondrá muchas papeleras y no se cansará de reponerlas si se rompen y también las mantendrá limpias.
Sabrá que pasear por los parques limpios es invertir en salud, en alegría, en esperanza. conseguirá que brillen los lugares de juego, que sea apetecible descansar en bancos limpios a respirar aire puro o pasear llenando los sentidos solo de naturaleza.
Pensará que educar es importante y ofrecerá actividades de concienciación en los institutos y en los colegios y en las asociaciones vecinales. Les hará participar de sus propuestas y en ideas para que sus barrios luzcan cada día mejores.
Yo tengo esperanza de que llegue un día en el que nadie eche todo eso en falta