La ciudad de Almería cuenta desde la pasada semana con una atracción turística y cultural única que por fin podemos disfrutar todas y todos los almerienses y quienes nos visitan. Me refiero al Cable Inglés, cuya rehabilitación ya ha culminado y ya puede ser visitado gracias a la transformación de la plataforma superior en paseo peatonal.
El Cable Inglés es todo un símbolo de la ciudad de Almería. Precisamente, por sus valores históricos, simbólicos y estéticos, la Junta de Andalucía lo declaró en 1998 Bien de Interés Cultural. Esta declaración garantizó su protección, y evitó que fuese derribado porque, aunque ahora parezca increíble, en los años 80 y 90 muchos representantes sociales y políticos que ahora se han pasado al lado proteccionista lo hubieran hecho desaparecer. Ha sido el Gobierno de España el que ha invertido 2,5 millones en esta restauración. La larga lista de incumplimientos del programa electoral del PP está llevando a la alcaldesa a adjudicarse como propios proyectos que corresponde hacer a otras administraciones para que, finalmente, los disfrutemos todos los almerienses, que es de lo que se trata. Porque todo el dinero para financiar toda clase de actuaciones y proyectos, así como los servicios públicos, salen del mismo sitio, de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.
Pero llama la atención, por absurdas, las maneras del PP en el Ayuntamiento para ocultar la intervención económica del Gobierno de España en cuestiones positivas para nuestra ciudad, como su aportación para viviendas en alquiler en Costacabana o para la rehabilitación del edificio El Patio de Pescadería, obras estas últimas que arrastran un inadmisible retraso por parte del Ayuntamiento, por cierto.
Lo que no van a poder silenciar es que ha sido el actual Gobierno de España el que, después del olvido más absoluto de los gobiernos del señor Rajoy, ha impulsado las obras que vamos a poder ver todos y todas los almerienses en muy poco tiempo y que van a suponer una profunda transformación de nuestra ciudad, las del soterramiento del ferrocarril.